Hace unos días hablando con un familiar, surgió el supuesto caso de un compañero de trabajo que estuviera enfermo de Sida. Hasta ese momento, nunca se me pasó por la cabeza ese supuesto y no supe que decirle. Seguramente,
la primera reacción humana que todos tendríamos sería la de rechazo de esa persona (no seamos hipócritas). Siendo una reacción humana, se la podría considerar como "normal", ya que durante mucho tiempo se nos ha machacado a información sobre esta enfermedad. Y lo que si está claro es que
el exceso de información genera la desinformación.
El Sida a día de hoy es una enfermedad mas, la cual existen cientos de medicamentos que no curan (de momento) pero si retienen el avance. El contagio a otra persona se torna como dificultoso pero no imposible y lo mismo sucede en un ambiente laboral, es "improbable". Como ejemplo, este extracto de la
NTP 249:
En la inmensa mayoría de ambientes laborales, oficios o profesiones, el trabajo NO entraña ningún riesgo de adquisición o de transmisión del VIH de un trabajador a otro, de un trabajador a un cliente o de un cliente al trabajador.
En los dos documentos siguientes, amplian la información y nos hacen ver que, tener un compañero con esa enfermedad, no es sinónimo de marginación y rechazo. Señores/as,
el medievo ya pasó.
INSHT: NTP 249: SIDA: repercusiones en el ambiente laboral
OIT: Repertorio de recomendaciones prácticas de la OIT sobre el VIH/SIDA y el mundo del trabajo